Durante el maquillaje, los polvos compactos son ideales para matizar, modelar y dar un color de base ligero al rostro.
Hay polvos compactos de acabado completamente mate, con brillos o con partículas tan finas y ligeras que dejan un aspecto satinado, sin brillos pero con la capacidad de ocultar imperfecciones y pequeñas arrugas y líneas de expresión.
En general los podemos catalogar en tres tipos de polvos compactos para matizar y dar color al maquillar:
1. Los polvos compactos con brillo, son perfectos para la noche, o en pieles jóvenes lisas y turgentes en maquillajes estivales o de fiesta, pasarela, etc. pero en pieles más envejecidas, secas o con líneas de expresión, pueden resaltar la textura ofreciendo un resultado menos favorecedor o incluso advirtiendo a nuestro interlocutor donde nuestra piel ha sufrido el paso del tiempo. Podemos integrar en este tipo de producto, los polvos compactos iluminadores que suelen tener un aspecto altamente nacarado.
2. Los polvos mates que nos ayudan a contener el brillo en pieles grasas o con tendencia a sudar. Como barrera de contención en eventos donde el ambiente cargado y las circunstancias pongan nuestra piel y nervios a prueba. Ayudarán a contener la secreción de los poros y los reflejos indeseados.
3. Los polvos satinados pueden utilizarse en cualquier tipo de piel. Evitaran los brillos y reflejos en las pieles grasas. En la pieles más secas con imperfecciones y pequeñas arrugas, el propio acabado satinado difumina la luz alisando y disimulando ópticamente los relieves acusados y texturas irregulares. Ofrecen un acabado más «jugoso» de la piel y en especial este efecto es favorecedor en pieles más secas y envejecidas. Evitan el compromiso de los brillos y reflejos con los que se evidencian las imperfecciones de los polvos con brillo.
Todos ellos pueden aplicarse con brocha, borla o esponja.